Parque(cito), Play[ota], Parque{zote}

cocina, comer, paseo, turismo, vivir

Florecillas moradas de Sutro

El segundo día nos fuimos al otro lado de la península, a la costa pacífica. Llegamos al Sutro Heights Park, en el que yahabíamos estado y desde donde hay unas tremendas vistas de Ocean Beach, una playa gigantesca gigantesca llena de gente que no se baña. Por ahora tienen un pase porque estamos en Mayo (ese día aún era Abril). El parque de Sutro es pequeñito pero precioso. Unos leones de piedra te dan la bienvenida, florecillas variadas de colores, pinos de los de aquí de tamaños tremendísimos y, como siempre, paseantes, paseantes de perros, familias y turistas que andan por allí tranquilamente.

Después fuimos bajando hacia la playa, viendo de lejos los Sutro Baths, que eran unas piscinas de agua marina mayormente aunque alguna dulce había con un edificio de hierro y cristal muy chulos por dentro) y pasando por la Cliff House, un sitio famoso aquí por las vistas y los varios restaurantes que tiene. Susana quería ir al brunch del domingo, pero no hubo manera de que me cogieran el teléfono para reservar, una pena. Por lo visto, desde los principios, ha habido 4 Cliff Houses, la más bonita la 2ª, que creo que cayó en el Gran Terremoto e Incendio de 1906.

Y seguimos bajando hasta llegar a la playa, Ocean Beach. Daba menos miedo que la otra vez que estuve con Susana y que el día que estuve con los del cole (el día que se nos tragó la niebla, brrr). Hacía mucho solecico, la arena quemaba y el agua estaba congeladísima y dolían los pies. Y ya que estábamos mojándonos los pies, ¿por qué no calarnos los pantalones y salir corriendo de la orilla perseguidas por una ola maléfica cargadas con las cámaras y los bolsos? Gran imagen debió ser esa.

Ocean Beach y Cliff House

Sand Dollar

Nos paseamos un poco  más por la orilla e intentando encontrar alguna concha chachi de esas que hay aquí, que son raras raras y se llaman Sand Dollars o Sea Cookies o Sea Biscuits (sí, como el caballo), pero estaban todas rotas. Son unas conchas rarísimas, no tengo ni idea de dónde aparca el bicho. Son redondas y planitas, pero no se abren, símplemente tienen un espacio pequeñito entre las dos caras del Dólar, son como una galleta rellena, pero no de esas con dos galletas una a cada lado, tipo Príncipe u Oreo, sino una de esas rellenas rellenas.

Helena y Jose encontraron una enterita cuando fueron ellos, suertudos que son.

Cuando más o menos llegábamos a donde empieza el Golden Gate Park nos volvimos a cruzar toda la caliente arenita oscura quemándonos más los pies, cruzándonos con las gentes vestidas totalmente o en bikini tranquilamente o con mis amigas las gavioticas o con alguna pobre medusa enarenada y mortecina. Salimos, nos limpiamos los pieses y las patas de arenas y los pantalones de sales también y nos adentramos en el bonito y verde mundo del la desconocida parte oeste del Golden Gate Park.

Nos recibía un molino holandés de madera oscura. Había hambre y de repente encontramos un chiringuito gigante y fashion donde había pandillas de franciscanos haciendo «picnics» servidos por camareros estupendos. Señores con sombreritos con una copa de vino en la mano y un pincho metálico con un número en una tarjeta que le indica el número del pedido a los camareros chachis. Todo muy curioso, parecía salido de una película de gentes adineradas inglesas. Creo que nos sentíamos tan fuera de lugar que proseguimos el camino a pesar del hambre que teníamos.

Vimos los campos de soccer-fútboldelnuestro con gente jugando o entrenando y pegando gritos. Florecitas moradas con tallos peludos (hay foto por ahí). Y seguimos y seguimos, en busca de lo que creíamos que eran búfalos, pero acabaron siendo bisontes, que no sé si son lo mismo o no. Al llegar a la verja de los bisontes… ¡encontramos un topito! Jijiji, ¡¡¡era más monooooo, más majoooooo!!! Salía de su topera (los parques de aquí estan LLENOS de toperas por todas partes) sacando la cabecita con esos piños tremendos estilo Nosferatu y comía y comía hierbajos. Además de unos dientes largos y tremendos, no os perdáis las uñarracas que tenía el bichito. Como para que te muerda mientras se agarra a ti. Grr. En fin, nos tiramos un rato haciendo un book al bichejo para que luego nos salieran 2 o 3 fotos potablemente enfocadas, era un bicho rápido el topete.

El topito Topete!

Continuamos después del topero descanso desfallecidas sin haber ingerido nada aún y por fin al lado de un laguito estilo piscinesco lleno de gaviotas y palomas encontramos un puesto de hot dogs, pretzels y cosas así. Bastante maluno el New York Hot Dog, el pretzel estaba bueno, salado y calentito al menos.
Un chico tenía algún tipo de problema con los pajarracos y hasta que no espantó a todos no se quedó tranquilo. Tardó unos 5 o 10 minutos. Susana se preocupaba por lo mucho que los niños se acercaban al agua, que parecía profunda, mientras sus padres y demás familia los miraban tranquilamente sentados desde lo lejos.

Y seguimos y seguimos y seguimos… y de repente encontramos praderas repletas de americanos haciendo barbacoas, jugando al voleibol con sus redes transportadas desde casa, globos de colores por todas partes, castillos hinchables para que los enanos peguen botes y se entretengan. Se lo montan bien aquí. A partir de cierto punto del parque, no había un trozo de hierba llano sin gente comiendo, bebiendo, jugando o de palique. Tremendo. El día acompañaba, claro, y los arbolitos todos en flor, snif, qué bucólico, o algo.

Y seguimos más, porque este parque es muy grande, muy grande. Para que os hagáis una idea, tiene unas 52 manzanas de largo por unas 9 de ancho. Manzanas de las de aquí, que no son precísamente cortas. Empezamos en la 52 y salimos en la 12. Un paseíto. Salimos de allí por la explanada de los museos deYoung (el de Herzog y deMeuron) y la California Academy of Sciences, que también la hemos visitado otro día y ya os hablaré de ello (millones de fotos de animalejos y plantas tengo).

Salimos en Fulton por la 10th Avenue. Subimos pasando Cabrillo, Balboa, Anza, Geary, Clement y llegamos a casita.
Eso sí, creo que luego pasamos por el Walgreens y por el chino Xie Xie. ¡Superinteresante!
Se acabó el segundo día.
Super ameno, ¿eh? Jejejeje.

¡Muchos besos, muchachada!
c

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Hoy ha sido tranquilo el día. Casa. Cocinar un guiso de algún tipo de carne que al final ha quedado demasiado espeso, porras. Comer. Siesta. Jugar con fotos. Ver alguna serie. Hablar con alguna gente. Contarme Susana que había llegado sana y salva y aún no había dormido (¡la loca de ella ha aguantado hasta como las 11 de la noche!).
Luego nos hemos ido al Trader Joe’s a hacer compra de algunas cosas necesarias y otras más de antojo (los mangos secos y esas cosas que nos gustan… que, por cierto, Susana, no has probado, ¡qué fatal!). Después fuimos a un sitio llamado BevMo! que es básicamente una licorería, a comprar Whiskey, granadina, angostura, tónica de la buena y alguna cosa más, para hacernos unos cócteles hoy o algún día y estrenar alguna copa más.

Ahora Helena está preparando tortitas de cena.
Esta semana va a empezar a pre-correr (lo que viene siendo andar muy deprisa). Me voy a unir a ella, a ver si no muero en el intento. Necesito comprarme algo de ropa deportivesca, porque no tengo nada. Os contaré mis avances o atrasos respecto a este tema. Jejeje.

Y ya.
Unos besos de nuevo,
c

4 comentarios en “Parque(cito), Play[ota], Parque{zote}

    1. Puedes aportar si quieres y escribir algún día. Yo corto, pego y meto las fotos que me digas. Jejej.
      O también puedes escribir un blog! O podemos hacer ese que decíamos de las dos! Cosas de la gente parada, nos entretenemos con cosas extrañas.

      VUELVE, a casa vueeelveee vuelveatuhooogaaaar! 😉

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